La cosa vino así: a último momento decidí cambiar franco en el laburo y conseguí el viernes pasado libre. Tenía ganas de pasarlo con Nati, iba a ser un lío organizar algo con mis amigos y estoy medio como "low profile". Decidí también pasarlo por Capital, por cuestiones logísticas (más y mejor ofertas de salidas).
Buscando algo de música y también lugares para comer, me encuentro con la grata sorpresa de que Hugo González Neira (el tecladista de Aquelarre, de quienes tocamos "Canto") se presentaba en un lugar llamado Boedo Antiguo. Fuimos, el tipo se tocó y cantó todo, variadito(jazz, bolero, tango, rock nacional setentoso). Mala leche tuvimos en que la mesa estaba de lo más lejos a él y encima el equipo de sonido estaba bajo, tipo música de fondo. Y que encima el 90% de los que iban ni tenían idea de quien era (tampoco, tienen el deber, claro), deviniendo en una falta de respeto, y consecuentemente reduciendo nuestra capacidad de escucharlo. Igual de a poco se fue metiendo en los oídos de los comensales y parece que le empezaron a dar bola y terminaron aplaudiendo.
En un punto, dice que le pidan temas y pensé, voy a pedirle un tema. El mozo (un copado total) nos alcanza una libreta para anotar el tema, mejor la letra de Nati, la mía es un desastre. La cuestión que le pedí un tema que se llama "Iluminen la tierra". Parece que cuando le llegó no se lo acordaba -hace más de 30 años que lo grabó. Pero al terminar la primera vuelta de temas fue a la barra, al parecer preguntando por el guacho que le pidió eso. Se acercó a nuestra mesa y se nos puso a hablar y no lo podía creer. Nos empezó a contar de la época de Aquelarre, de su particular sonido de clavi (o "clavicordio eléctrico").
Al parecer el sonido lo eligió comprando instrumentos con su mamá, pudiendo elegir entre órganos y pianos eléctricos. Cuando empezó a tocar en Aquelarre era casi lo único que tenía para tocar, así que lo usó. Descubrió la ventaja que tiene para doblar riffs de guitarra y la relativa sensibilidad de teclas que posee frente a otros instrumentos de teclados eléctricos de aquella época. Nos contó que tiene para elegir sólo 4 sonidos, y que tiene cuerdas en su interior, del tipo de guitarra, activadas con un martillo (igual que un clavicordio, de ahí el nombre), con un micrófono piezoeléctrico (como los de guitarra pero muuuuy largo, para todas las cuerdas, imagine), y con un puente metálico en el otro extremo de las cuerdas. Después en los sucesivos discos, aunque tuvo acceso a otros instrumentos, lo siguió usando como característica de la banda.
Después seguimos hablando de que con la banda hacíamos el cover de "Canto", el tipo medio que se sorprendió y se puso a hablar sobre la ida a España de la banda:
Llegaron y estuvieron ahí como dos años, como se sabe. Me contó que para volver a tocar a Argentina él no estaba dispuesto, ya que le parecía una hipocresía (al parecer hubo una pelea Starc-Del Guercio que no quiso ahondar) y decidió quedarse tocando música como laburo. Se armó una banda con latinoamericanos (chileno, colombiano, cubano, creo) y empezó a laburar por la zona de Marsella. Conoció al mismísimo Khashoggi, y luego fue para Alemania, donde estuvo hasta el 80 (según lo que calculé).
Se despachó con otro set de media hora más (increíble, pero hizo "Love of my life", si me conocen, you know lo que me gusta Queen) y después volvió a nuestra mesa. El tipo siguió contando historias (la vuelta de Aquelarre, el estado del rock actual) y hablamos de música, de jazz, de rock, de técnica, consejos de grabación ("graben lo más independiente que puedan") . Brindó con nosotros, me dejó el teléfono para preguntarle sobre futuras fechas, un capo total.